Con avances en seguridad y justicia se ha cumplido con demandas de autodefensas

· La desactivación de grupos de civiles armados genera condiciones propicias para el desarrollo económico y social.

 

Morelia, Michoacán, 14 de febrero del 2015.- El fin de la etapa de las autodefensas, declarado por el Gobernador el pasado 11 de febrero, con el respaldo del secretario de la Defensa Nacional Salvador Cienfuegos Zepeda, está sustentando en un cambio de condiciones en la entidad, evidente en la reducción de la incidencia delictiva que incluso ha reconocido la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Es así que las causas que dieron origen al levantamiento de civiles armados han perdido vigencia.

 

Los grupos de autodefensa surgieron el 24 de febrero del 2013 en la comunidad de la Ruana, municipio de Buenavista, y en la cabecera municipal de Tepalcatepec. Este fenómeno de civiles armados avocados a labores de seguridad se expandió rápidamente, de tal manera que a principios del año 2014 ya tenían presencia en 33 municipios. Estas agrupaciones tuvieron su mayor operatividad en la región de Tierra Caliente.

 

El fenómeno de las autodefensas fue una respuesta al proceso de deterioro de las condiciones de seguridad y de convivencia en la vida pública, debido a que grupos criminales diversificaron sus prácticas y afectaron directamente a la población con secuestros, extorsiones, cobros de cuota y otras conductas delictivas.

 

La CNDH, en su Informe Especial sobre los Grupos de Autodefensa en el Estado de Michoacán, presentado el 12 de noviembre del 2015, refiere que entre 2012 y 2013 las averiguaciones previas por homicidio doloso aumentaron 63.57% en la región con autodefensas; entre 2007 y 2009 el número de averiguaciones previas por extorsión creció 530%; en el periodo 2006-2013 se quintuplicó la tasa de secuestros por cada 100 mil habitantes, y la tasa de averiguaciones previas por el delito de violación sexual entre 2006 y 2013 aumentó 92.44%.

 

En ese contexto, los grupos de autodefensa surgieron con el reclamo de que se garantizara la seguridad pública a los ciudadanos, acceso a la justicia y demanda de oportunidades de desarrollo. En reconocimiento a la legitimidad de estas demandas, el Gobernador Silvano Aureoles destacó el valor de mujeres y hombres que tuvieron que empuñar las armas en defensa de sus familias y de su patrimonio; sin embargo, enfatizó que la realidad en Michoacán ha cambiado, por lo que ha llegado el momento de que los ciudadanos regresen a la legalidad y apoyen el desarrollo social y económico de sus comunidades.

 

La propia CNDH, en el referido informe, señala que para julio de 2015, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reporta una reducción del 86.55% en el delito de extorsión; una disminución de 74.6% en secuestros, y al cierre del año pasado, el SESNSP registra una baja de 48.24% en homicidio doloso.

 

Con importantes avances en materia de seguridad pública, constatados en la cifra dura de incidencia delictiva, se ve atendida la primera demanda fundacional de los grupos de autodefensa. Sobre la exigencia de justicia, el procurador informó en enero pasado, a propósito de los primeros 100 días de Gobierno encabezado por Silvano Aureoles Conejo, que han sido detenidos 22 objetivos delincuenciales prioritarios, además de que fueron aprehendidos o abatidos los principales líderes de los Caballeros Templarios , grupo que ejercía hegemonía en las actividades delictivas en el estado.

 

La propia CNDH documenta las violaciones a derechos humanos cometidas por los grupos de autodefensa en su última etapa; ex integrantes de estas organizaciones denunciaban que habían sido infiltradas por delincuentes dedicados ahora a la producción de drogas químicas; reclutaban menores de edad para ser usados como “mano de obra barata”; desarrollaron un sistema de “sanciones” a conductas delictivas; aumentaron su poder logístico y de armas de fuego, además de movilizar a los pobladores de comunidades para confrontarse con las fuerzas de seguridad del Estado.

 

Cumplidas las demandas que propiciaron el surgimiento de las autodefensas, y desvirtuados sus objetivos originarios, para el Gobierno del Estado era una tarea inaplazable desactivar a estos grupos.

 

Con el fin de las autodefensas, los gobiernos estatal y federal pueden afianzar la estabilidad en regiones de influencia de estos grupos; en Michoacán, y particularmente en Tierra Caliente, inicia una nueva etapa de gobernabilidad que hace propicio lograr mayores avances en atención a la última demanda de los civiles armados: oportunidades de desarrollo en condiciones de igualdad.