Vista por la Betsabé Romero, la migración descubre muchas facetas: el rastro que deja, las historias que crea y olvida, las cicatrices, la melancolía, incluso la belleza. Y esto es algo de lo que evoca en su exposición “Huellas que florecen”.
Esta muestra se encuentra ahora en la Sala 5 del Centro Cultural Clavijero de Morelia, y es una gran ventana para reflexionar sobre el fenómeno migratorio en una entidad que, como la nuestra, es considerada binacional porque tiene a la mitad de sus ciudadanos del otro lado de la frontera norte.
La artista, reconocida en México y muchos otros países, explora el fenómeno migratorio a partir de una poética visual que no esconde sus aristas –hay que ver su pieza, “La Bestia”, para comprender que no evade los peligros que viven los connacionales–, pero que también es capaz de encontrar el ritmo y la profundidad de las múltiples historias que se han tejido en ese tránsito humano.
Hablamos de una muestra donde los objetos cobran un nuevo significado, más amplio; como las hormas de zapatos que usa Romero para evidenciar los pasos de los migrantes, o las piezas de papel picado que, sin dejar de ser familiares, se nos muestran distintas y hasta misteriosas gracias al juego de la luz.
Y si bien la migración es el tema central de la muestra, la artista también reflexiona sobre el maíz criollo y, en torno a él, sobre un México antiguo cuya memoria reconfigura a través del lenguaje plástico contemporáneo.
“Huellas que florecen” permanecerá hasta agosto próximo CCC; te la recomendamos ampliamente, ¡no dejes de verla! La entrada es libre.
La artista...
Betsabé Romero (CDMX, 1963) es considerada una de las principales exponentes del arte latinoamericano; se distingue por su interés en el arte popular y los temas sociales: de la migración a los roles de género, o la religiosidad. Es doctora en arte por la UNAM y su obra se ha expuesto en México, Argentina, Cuba y Brasil, y parte de Europa y Sudáfrica.