LA FIEBRE DEL “ORO VERDE”

Nuestro estado ha perdido alrededor del 40% de su superficie forestal, de acuerdo con datos dados a conocer por la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático (Semarnacc); un estudio elaborado por investigadores y estudiantes del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental de la UNAM (CIGA), bajo la coordinación de Jean-Francois Mas, señala que entre 2004 y 2007 se perdieron en promedio 6 mil 600 hectáreas de bosque por año, mientras que en el periodo 2007-2014 la pérdida se registró a un ritmo de 3 mil hectáreas anuales.

El estudio del CIGA intitulado “Monitoreo de la cubierta del suelo y la deforestación en el Estado de Michoacán: Un análisis de cambios mediante sensores remotos a escala regional,” señala la pérdida de bosques de pino en los municipios de Taretan, Uruapan y Ziracueretiro para establecer huertas de aguacate, mientras que en Aquila y Chinicuila se observan importantes procesos de deforestación relacionados con la implementación de pastizales.

El estudio de “Impacto del cambio de uso de suelo forestal a huertos de aguacate“, publicado por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap), señala que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) no ha autorizado solicitudes de cambio de uso de terrenos forestales a uso agrícola o pecuario en Michoacán desde la década de los 90.

Sin embargo, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), instancia facultada para vigilar y realizar inspecciones en terrenos forestales, afirma que entre agosto del 2015 y mayo del presente año, únicamente ha detectado en Michoacán la plantación de 93 mil 363 plantas de aguacate sin autorización, pese a la proliferación de huertas de este fruto, “problema que se ha acelerado recientemente, ante la incapacidad de autoridades regulatorias con insuficientes recursos humanos para su prevención, vigilancia y sanción”, apunta el Inifap.

El valor del mercado internacional del aguacate ascendió en 2016 a poco más de 2 mil millones de dólares; Michoacán aporta alrededor del 78 por ciento de la producción nacional de aguacate; entonces, el gran desafío que enfrentan los tres niveles de gobierno, productores y sociedad en general, es armonizar ese potencial económico con la explotación sustentable de los recursos naturales.

Otra investigación de la UNAM, coordinada por Mayra Elena Gavito Pardo y enfocada en el estudio de 45 huertas con diversos tipos de manejo en la zona aguacatera de Michoacán, identificó tres problemas de mayor impacto ambiental asociados con el cultivo de este fruto: erosión, exceso de fertilización, y mal manejo de la cobertura del suelo.

En el referido estudio del Inifap, diversos investigadores señalan otros problemas como la pérdida de biodiversidad al sustituir los ecosistemas forestales por un monocultivo con muy baja diversidad genética; los bosques capturan de cuatro a siete veces más carbono que los huertos frutales más vigorosos; el consumo de agua del aguacate con riego es tres veces mayor que el del bosque, y el cambio del uso de suelo se ha identificado como el principal factor de cambio climático.

Diversos organismos, asociaciones, especialistas y hasta productores, desde hace varios años han urgido a implementar medidas para mitigar el impacto ambiental de la producción de aguacate; el 12 de julio del 2012, el Consejo Estatal de Ecología emitió la recomendación-088, titulada «Cambio de uso de suelo forestal para el establecimiento de huertas de aguacate en el Estado de Michoacán» y el 10 junio del 2016 emitió otra recomendación adicional: «Regulación del cambio de uso de suelo ante la ampliación de la superficie dedicada al cultivo del aguacate».

El 10 de octubre del 2014, productores de aguacate, dueños y poseedores de terrenos forestales, investigadores, académicos, organizaciones de la sociedad civil, ciudadanos independientes, funcionarios, empresarios y profesionistas emitieron la Declaratoria del Cupatitzio, en la que convocaban a sociedad y gobierno a trabajar juntos, de forma corresponsable, para hacer frente a esta problemática.

En respuesta a estas demandas, el 4 de agosto del 2016, el Gobernador Silvano Aureoles promulga el Decreto para la Recuperación de los Bosques y Recursos Naturales e Incentivar las Actividades Agropecuarias Sustentables en el estado de Michoacán de Ocampo.

En dicho Decreto, el Gobierno del Estado advierte que el desmedido cambio de uso de suelo y la falta de manejo sustentable en el aprovechamiento de los recursos naturales representan una emergencia ecológica para Michoacán, ya que se encuentra en riesgo la riqueza ambiental del estado, la identidad de los pueblos que se relacionan con el bosque y todas las actividades económicas que dependen de los recursos naturales, incluida la propia actividad agropecuaria.

Algunas de las disposiciones más relevantes que se ponen en vigor con la promulgación de dicho decreto, son la negación de apoyos del Gobierno del Estado a productores que no cuenten con los permisos ambientales pertinentes, y la creación de un Fondo Verde para el pago de servicios ambientales y financiamiento de procesos que fortalezcan la sustentabilidad.

Además de estas disposiciones de observancia obligatoria, a través de la Mesa de Seguridad Ambiental de Michoacán se impulsan operativos para detectar y desmantelar huertas de aguacate que no cuenten con la autorización de cambio de uso de suelo. Debido a la relevancia de estas acciones, jefes de tenencia, presidentes de mesas directiva de ejidos y comunidades de la región Oriente, además de productores de aguacate, han manifestado su apoyo al Gobierno del Estado.

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