Una clavícula rota, las cicatrices que le surcan el codo derecho y otras marcas, demuestran en Fátima Híjar Marín los años dedicados al ciclismo de montaña, un deporte en que ha destacado gracias al “amor, la disciplina y la entrega”.
A principios de abril, en su cuarta justa internacional, obtuvo en Colombia la medalla de bronce del Campeonato Panamericano de Ciclismo, lo que la sitúa entre las mejores del continente, y ya antes había obtenido primeros lugares en las olimpiadas nacionales y otras justas regionales. Tiene 17 años.
Nació en Zitácuaro un 8 de febrero, recién comenzado el milenio, y el deporte ha sido un compañero constante, si bien se decantó por el ciclismo antes de los once.
Fátima ha sido respaldada por la Comisión Estatal de Cultura Física y Deporte (Cecufid), para cuestiones como el más reciente traslado internacional y otros aspectos. Además, tiene una casa patrocinadora, lo que no es poca cosa tratándose de un deportista en México.
Perseguir sus sueños no ha sido fácil, pero eso no significa que no vaya a alcanzarlos.
Fuera de casa
El ciclismo ha llevado a Fátima Híjar fuera del hogar en varias ocasiones; ha vivido sin la familia en la Ciudad de México –“estuve en un internado”–, León y en Toluca, pero también, por algún tiempo, en la República Checa, donde participó “en unas carreras en el serial checo y en unos maratones y gracias a Dios alcanzamos algunos resultados”.
En seis años, las carreras y las exigencias aumentaron, hasta llegar a un circuito de cinco kilómetros, con subidas, bajadas, curvas y planos entre el bosque, además de saltos, rampas, descensos técnicos y otras proezas que, a mayor dificultad, se volvieron “más explosivas” para ella. Después, una chica se le atravesó.
Recuerda, “me estampé contra un árbol con el brazo derecho y se me quebró la clavícula”; eso se llevó buena parte del 2016; sin embargo, la recuperación ha sido rápida.
“Ya se está recuperando, está bien soldada (la clavícula), y ya doy brincos, si me da miedo caerme, agarro y me levanto y otra vez a saltar (ríe). Ayer apenas me clavé un alambre de púas”. La cosa entonces, es levantarse y empezar de nuevo.
El ciclismo es mi pasión, expresa Fátima, y “también, algo muy divertido; subirme a la bicicleta y conocer nuevos lugares me ha dejado una gran satisfacción; ir, cansarme y todo eso, no sé, me gusta estar en el ciclismo, es un ambiente muy bonito, las pistas, los paisajes que recorres…, me gusta vivir eso”.
¿Cuestión de género?
No, afirma la adolescente; en el mundo del ciclismo todos nos dan nuestro lugar y en dado caso, “hay categorías exclusivas para mujeres, que se dividen por edades”. Ahora bien, “a nivel nacional hay muchísimas más mujeres que en el estado, y se pone fuerte; las pistas son más pesadas, la exigencia es mayor, pero es muy, muy divertido”.
Además, cada vez se unen más de ella, expone Fátima; “me acuerdo que antes éramos muy poquitas, pero ahorita somos muchas en mi categoría (juvenil B) y qué bueno, que se integren más y más”.
-¿Y en adelante, qué sueñas?
“Ir a los Juegos Olímpicos de la Juventud, estamos buscando un pase, por eso queremos ir a más competencias internacionales este año, para ir al campeonato del mundo en Australia, de ahí clasifica un equipo de dos mujeres y dos hombres, y yo quiero pelear por uno de esos boletos”.
“Es un gran honor representar a Michoacán, no hay estado más bonito. Creo que somos excelentes personas y muy buenos en el ciclismo de montaña”
[box color=”green” align=”left”]
Premios en Ciclismo de Montaña
- Campeona nacional en la categoría infantil.
- Campeona nacional en categoría juvenil A.
- Medalla de bronce en la Olimpiada Nacional (2013.)
- Medalla de oro en la Olimpiada Nacional (2014).
- Medalla de plata en la Olimpiada Nacional (2015).
- Campeona en el Campeonato Nacional de Ciclismo de Montaña (2015).
- Tercer lugar Elite en el Popobike Marathon International (2016.)[/box]