Aquí es donde estos maravillosos insectos por millones se cuelgan de los árboles formando racimos de mariposas, entran entonces, en su estado de inactividad o hibernación durante el invierno.
Para marzo las mariposas empiezan a despertar y emprenden el vuelo de regreso al lejano Norte abandonando la Reserva, volarán e irán muriendo en el largo camino pero sus descendientes completarán el fabuloso viaje, hasta Canadá y el noreste estadunidense. Cuando llegue el próximo otoño una nueva generación de mariposas Monarca emprenderán su épico viaje de millones a través de Norteamérica para llegar de nuevo a la Reserva de la Mariposa Monarca, alrededor del mes de noviembre, en donde los gigantescos árboles de Oyamel las esperan para su próxima hibernación y cerrar un maravilloso ciclo de la naturaleza.
Es importante que los turistas y visitantes respeten las recomendaciones de la Comisión Nacional de Áreas Naturales, seguir las indicaciones de las y los guías locales; caminar sólo por los senderos establecidos; no introducir alimentos, bebidas alcohólicas, objetos punzo cortantes, armas de fuego, ni mascotas a los santuarios.