Desde el primero de octubre de 2015 a la fecha han cambiado muchas cosas en Michoacán. Hay nuevos hospitales y centros de salud modernos; las escuelas han mejorado, las aulas de madera casi están extintas y hay un proceso a punto de concluir para la dignificación laboral definitiva de las y los maestros michoacanos.
De ese tiempo acá nuestra economía se ha hecho más fuerte porque ha sido capaz de crecer en un entorno difícil; tenemos mejores condiciones laborales y productivas, somos de los primeros en el dinamismo económico nacional y logramos expectativas de crédito que no se habían visto en años.
Por la confianza ganada, hemos contabilizado inversiones importantes: más de
han ingresado para fortalecer nuestra industria y nuestro campo, el cual, por cierto, tiene hoy nuevos caminos, obras hidráulicas y maquinaria, animales y semillas cuyo fin es hacerlo florecer con más fuerza.
Desde que comenzamos como administración, visitantes y turistas han vuelto a nuestro territorio confiados en la belleza de nuestro suelo, en el sabor de nuestra comida y en las condiciones de seguridad y hospitalidad que les brindamos.
Y las mujeres han sido fundamentales en nuestro esfuerzo, porque se ha desplegado una política pública integral que las respalda económicamente para cumplir sus metas y las acompaña y provee para cerrar los ciclos de violencia y discriminación que han sufrido.
Para nuestras niñas, niños y jóvenes se han creado academias deportivas, se han ampliado los espacios de juego y recreación y hemos traído eventos deportivos de talla mundial para recordarnos que hay otros caminos donde crecer como una sociedad sana.
La cultura, baluarte de nuestra gente, mantiene su prestigio internacional; hemos tenido a lo mejor del cine, la música y el arte en nuestros teatros y museos, incluso en las calles, pero sobre todo, trabajamos hoy para que ésta sea un valor que ejercemos todos y todas como iguales.
Podemos decir que, desde que comenzamos esta nueva etapa en Michoacán, hemos logrado que nuestro clima social mejore; tenemos más y mejores policías en las calles, tecnología que cuida nuestro paso y vigila nuestra seguridad, centros de atención inmediata que están dispuestos para atender la totalidad del territorio en una tarea que, sí, ha parecido la más difícil de todas por los años de inercia que enfrentamos, pero no hemos dejado de avanzar y lo seguiremos haciendo.
Los rostros de la vulnerabilidad por pobreza, discapacidad, edad o condición étnica, de género u otra son cada vez menos, porque los tenemos presentes y por ellos hemos logrado desplegar programas novedosos para acompañarlos en su desarrollo.
Nos da gusto expresar que miles de adultos y adultas mayores han logrado reunirse con sus seres queridos tras décadas de separación obligada por los procesos migratorios hacia Estados Unidos. Después de tanto tiempo estamos cerrando esas heridas y uniendo a las familias fragmentadas.
Y como un ejercicio interno, como administración nos hemo obligado a un nuevo régimen de transparencia, austeridad y rendición de cuentas, pues sólo así podíamos enfrentar el reto de una gran deuda pública heredada por un cuarto de siglo y que hoy, por primera vez, comienza a retroceder.
Sabemos que todos los logros no nos llevan al final de la meta, pero cada vez nos acercan más y nos impulsan para seguir avanzando hacia el compromiso que se asumió desde mucho antes de ese 1 de octubre de ese 2015: reconstruir a Michoacán, ofrecer condiciones reales de desarrollo para nuestra gente y mostrarnos como la sociedad trabajadora, orgullosa y honesta que hemos sido siempre.
Julieta López Bautista
Coordinadora General de Comunicación Social del Estado de Michoacán