El Oriente de Michoacán se pinta de color, gracias a la llegada de la Mariposa Monarca. Cada año, millones de ellas viajan desde Canadá y Estados Unidos, para disfrutar la estadía del invierno en nuestro territorio.
Durante 33 días la Mariposa Monarca vuelo a través de 3 mil kilómetros para llegar a nuestros bosques, donde puede reproducirse gracias a la temperatura, humedad y exposición a los rayos solares que ofrecen los pinos de Oyamel. Aquí alcanzan su madurez y serán sus crías las que regresen a territorio del Norte.
En Michoacán, los santuarios de este lepidóptero están incluidos en una Reserva de la Biosfera, donde la actividad turística y la conservación del ecosistema van de la mano.
Actualmente existen cinco de estos en la región Oriente, pero únicamente dos están abiertos al público: los santuarios de El Rosario, municipio de Ocampo, y Sierra Chincua, entre los municipios de Angangueo y Senguio.
Si vas ahí, entre el 17 de noviembre al 31 de marzo, podrás observar un gran espectáculo natural teñido de los brillantes colores de la Monarca –naranja, negro y blanco–, la cual además se caracteriza por su resistencia y longevidad, pues mientras otras especies tienen un ciclo de vida de 24 días, ésta puede llegar a vivir hasta nueve meses.
Por cierto, te recomendamos seguir las recomendaciones de los guías locales durante el recorrido, es decir: camina sólo por los senderos establecidos, no introduzcas alimentos o bebidas alcohólicas y, mucho menos, objetos punzo cortantes.
También es importante permanecer en silencio durante la estancia en los santuarios, no usar flash para fotografías, y no molestar o capturar a las mariposas.
Claudia Chávez López, titular la Secretaría de Turismo Estatal te invita también a cumplir las recomendaciones de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.