El dengue es una enfermedad producida por un virus de la familia de los flavivirus. El hombre es el hospedador y un mosquito del género Aedes es el vector que con su picadura produce la transmisión.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que en las últimas décadas ha aumentado enormemente la incidencia de dengue en el mundo. Según las estimaciones, se producen 390 millones de infecciones cada año, de los cuales se manifiestan clínicamente (el resto son asintomáticos) 96 millones.
Las regiones del mundo en las que se registran más casos son Centroamérica, Caribe, norte del Cono Sur, sudeste asiático y subcontinente indio.
Causas
El virus del dengue se propaga por mosquitos hembra, principalmente de la especie Aedes aegypti y, en menor medida, A. albopictus. Además, estos mosquitos también transmiten la fiebre chikungunya, la fiebre amarilla y la infección por el virus de Zika.
Se ha descrito algún caso de transmisión sexual, pero es muy poco frecuente. La forma de contagio mayoritaria es a través de la picadura de mosquitos.
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Síntomas
Es un cuadro febril con erupción cutánea y dolores musculares, entre otras. Los síntomas del dengue se inician después de un período de incubación que puede variar de cinco a ocho días tras la picadura y las personas suelen presentar:
- Fiebre alta.
- Náuseas y vómitos.
- Erupción en la piel.
- Sangre en las encías y en la nariz.
- Debilidad general.
- Dolor muscular y articular.
- Tos.
- Dolor de garganta.
Prevención
Desde la OMS afirman que la única manera para controlar o prevenir la transmisión del virus del dengue consiste en luchar contra los mosquitos vectores:
- Es fundamental mantener el ordenamiento del medio ambiente para evitar que los mosquitos encuentren lugares donde depositar sus huevos.
- Eliminar correctamente los desechos sólidos y los posibles hábitats artificiales.
- Limpiar y vaciar cada semana los recipientes en los que se almacena agua para el uso doméstico. Además, aplicar insecticidas adecuados a los depósitos en los que guarda agua a la intemperie.
- Por otro lado, en las zonas más afectadas por los mosquitos transmisores se deben utilizar mosquiteras en las ventanas y usar ropa de manga larga.
- Fumigaciones biológicas de zonas estancables y de los productos susceptibles de traer mosquitos (maderas y neumáticos, por ejemplo).
Tipos
Existen dos tipos de dengue:
- El dengue clásico, que no suele presentar muchas complicaciones, ya que el organismo tiende a recuperarse por completo con los cuidados adecuados.
- El dengue grave (conocido anteriormente como dengue hemorrágico), que está causado por los sereotipos Den 1, Den 2, Den 3 y Den 4, cuyo período de incubación es de entre cinco y ocho días. Es una manifestación grave y puede causar la muerte del paciente porque pueden aparecer taquicardias, dolor en los huesos, hemorragias, alteración de la presión arterial, insuficiencia circulatoria o deshidratación.
Tratamientos
Los expertos afirman que no hay tratamiento específico para el dengue. No obstante, es esencial la asistencia por parte de los médicos y enfermeras que tienen experiencia con los efectos y la evolución de la enfermedad, para salvar vidas y reducir las tasas de mortalidad.
En términos generales, el tratamiento para las formas benignas se hace con antiinflamatorios, antipiréticos y reposo. En las formas graves se repone el equilibrio electrolítico y si hay hemorragia puede precisarse una transfusión de sangre y el control del número de plaquetas.