Cantería de Morelia

Morelia, como Zacatecas, Guanajuato, o San Luis Potosí, comparten el hecho de ser ciudades coloniales donde por siglos se ha desarrollado la escultura en cantera; un oficio que ha estado al filo de la extinción, pero que hoy encuentra nuevas formas de subsistencia en la capital michoacana.

“Nos hemos estado organizando porque así tenemos más lugares para mostrar nuestras piezas”, indica Juan Prado Tapia, representante de la Marca Colectiva Cantera de Morelia, la cual aglutina a varias decenas de artesanos locales.

Según los registros de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco), dicha Marca es una de las 46 activas en la entidad –las hay de bebidas, alimentos, manufacturas y otros rubros–; y precisamente esa instancia, en conjunto con el Instituto del Artesano Michoacano (IAM), han acompañado a los canteros para renovarla por 10 años más.

Lo anterior, implica no sólo la organización de los artesanos locales, sino también un referente de la calidad de sus trabajos, explica Iván Becerra López, Director de Gestión Empresarial de la Sedeco.

En Morelia, el oficio de la cantería “ya no se estaba dando entre las nuevas generaciones–indica Becerra López–; por eso creamos un programa de fomento y fortalecimiento”.

Además, la coordinación con el gremio se estrechó pues, “el éxito o fracaso de una Marca Productiva” depende de sus productores.

Para la administración michoacana, las Marcas Colectivas son importantes porque destacan actividades productivas de los Municipios y las impulsan a mercados regionales e incluso internacionales.

“Al incentivar una Marca, estamos apoyando a 20 o 30 productores y sus familias, incluso lo doble que eso”, lo cual trae beneficios cada vez más amplios con la continuación de los procesos.

En este caso, el apoyo institucional para el sostenimiento de la Marca (mediante estímulos económicos, asesoría, difusión, capacitación y seguimiento, etcétera), también implica la permanencia de una tradición artesanal que confluye con la identidad de Morelia.

El mercado local

Podría pensare que la demanda de cantería es reducida, pero, en realidad –explica el maestro Juan Prado Tapia– “tenemos clientes de todo tipo”: desde quienes requieren nichos o columnas para sus procesos constructivos, hasta aquellos cuya fe les hace encargar vírgenes de 40 centímetros de alto.

            

Aun cuando la venta de esta artesanía se ha reducido en décadas recientes, ahora mismo “estamos viviendo como una especie de renacimiento” de la misma, señala el presidente de la asociación de canteros que porta la Marca Cantera de Morelia.

Lo importante ahora es “mantenernos visibles, que no se nos queden las piezas en el taller”, indica Prado resaltando la labor de Sedeco y el IAM, la cual, precisamente, ha dotado a los canteros morelianos de espacios donde mostrar sus creaciones.

Desde hace dos años, los productores locales cuentan con días extra para exponer sus trabajos en la Plaza Benito Juárez de Morelia, lo cual adereza la muestra del Concurso Estatal de Trabajos de Cantería, que se organiza desde hace 21 años en el marco del aniversario fundacional de la ciudad –cada 18 de mayo–. “Esto nos da mayores posibilidades de venta”, comenta el maestro Prado.

Por cierto, que lo más valioso de la cantería morealiana, además de su material o su belleza, es que es netamente artesanal: cada corte o labrado, por intrincado o preciso que sea, “está hecho a mano; en otros lugares ya se usan máquinas, pero nosotros lo hacemos así” igual como lo hacían en el pasado, indica el maestro cantero.

Oficio de piedra

Crear una escultura de cantera es proceso largo y delicado donde intervienen, al menos, tres personas: quien extrae la piedra, quien la transporta, y quien la transforma. Uno es quien le da el último toque”, explica Esteban Rodríguez.

            

Como otros en el oficio, ingresó a un taller cantero siendo muy joven; pero hoy se preocupa porque su gremio disminuye y han desparecido los “maestros antiguos”. Antes, dice, “había más oportunidades de enseñar porque había más trabajo; ahora ya lo hacen con máquinas”.

Y es que, aun cuando puede llevar unos pocos meses tener “una pieza para (labrar) uno solo” ser cantero lleva toda una vida; “a pesar de mis 32 años en el oficio, hay cosas que no sabe uno”.

¿Y cuál es el secreto para crear una buena figura de cantera? –Le preguntamos–. “Siento que son varios factores, tanto el trazo como la herramienta (hay que tener la adecuada) …La cantera es suave o dura, o de colores, depende del banco del que la traigan. ¿Qué me queda mejor?  Aquí hacemos de todo; yo hago fuentes, nichos, bancas…, y estoy orgulloso de una fuente que hice el año pasado”, confiesa.

 

  • Este 2017, en el marco del XXI Concurso Estatal de Trabajos de Cantería, el IAM premió a 22 artesanos canteros con un monto de 120 mil pesos.

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