Nuestro aire, nuestra vida

Nuestro aire se ha enrarecido. En Michoacán, como en el resto del mundo, la calidad del aire ha disminuido en las décadas recientes, y hay regiones donde esta contaminación alcanza niveles alarmantes.

En nuestro territorio la problemática se tornada seria, pero estamos a tiempo. Según datos de la Procuraduría de Protección al Ambiente (ProAm), en ciudades como Morelia la calidad del aire se mide hasta en 80 IMECAS, lo cual puede implicar problemas respiratorios en niños y adultos mayores, así como en personas con problemas cardiovasculares.

 
Con una industria incipiente como la nuestra (se estima que hay 2 mil 300 entidades económicas en el estado, que incluyen industrias como la minería), la causa principal de tal problemática reside en el tráfico vehicular.

Las cifras al respecto distan entre sí, ya que una parte de las y los dueños de vehículos no los reportan; sin embargo, la Secretaría de Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Territorial (Semaccdet) ha señalado que circulan alrededor de 2 millones de vehículos en el territorio.

La cuestión, empero, es que resulta importante regular ya este rubro, dado su impacto en la contaminación atmosférica, y para ello existen leyes con más de 10 años de vigencia, que no han sido acatadas por los gobiernos.

Desde 2007, la Ley Ambiental y de Protección del Patrimonio Natural del Estado ya señalaba que la calidad del aire era competencia del Estado, los municipios y la sociedad, y que ésta debía ser “satisfactoria en todos los asentamientos humanos y las regiones del Estado” mediante el control de las “emisiones de contaminantes a la atmósfera, fijas o móviles”.

La Ley Ambiental para el Desarrollo Sustentable del Estado de Michoacán de Ocampo, del 12 de marzo de 2013, también señalaba la necesidad de “prevenir y controlar la contaminación del aire”, a través de medidas como el monitoreo de la calidad del aire, la aplicación de programas de gestión y control de la calidad del aire, y la verificación de emisiones contaminantes en los centros de verificación vehicular.

 
Pero esa normativa “no se cumple a cabalidad” desde hace años, dijo Ricardo Luna García, titular de la Semaccdet, y Juan Carlos Vega Solórzano, procurador de Protección al Ambiente.

Una cuestión prioritaria

La contaminación del aire forma parte fundamental de la agenda ambiental en el estado, dijo el secretario Luna, pero es necesario hacer un llamado para que podamos atender todos aquellos factores que contribuyen a ésta. 

Actualmente la administración michoacana trabaja para evitar la concentración de gases tóxicos en la atmósfera con la promoción de un Programa Integral del Transporte Público, a fin de utilizar combustibles más limpios, como el gas natural.

Hasta hoy, mil 200 unidades del transporte han optado por esta vía; la mayoría de la zona metropolitana del estado (Morelia y municipios circundantes), pero se prevé extenderla al resto del territorio.

La meta para Michoacán, declaró Luna García, es que todo el transporte público empiece a usar otro tipo de energías y que, en general, todas y todos los dueños de automotores se responsabilicen para tenerlos en óptimas condiciones, como una primera vía para evitar la contaminación, advirtió.

 

El monitoreo

Actualmente en Michoacán funciona un programa de monitoreo a vehículos ostensiblemente contaminantes, a cargo de la ProAm, la cual también lleva a cabo operativos en distintos puntos de la ciudad de Morelia. Los operativos arrojaron cifras a considerar:

 
De cada 10 vehículos evaluados, básicamente 9 eran rechazados y uno era aprobado. La evaluación por parte de las patrullas ambientales, arrojaban estadísticas bajas respecto al cumplimiento de la normatividad, tanto usuario particular, como de transporte público y de automóviles de empresas”, informó su titular.

El procurador subrayó que es urgente la aplicación de normas como el Reglamento de Tránsito en su artículo 56, que señala que todo vehículo que circule en las vías públicas de la entidad deberá sujetarse a las disposiciones federales y estatales en materia ecológica y medioambiental, consistentes en la verificación obligatoria de emisiones de gases, humos y ruidos.

En lo que va de este 2018, la ProAm ha verificado 5 mil 144 vehículos en los cinco verificentros existentes en la entidad, cuatro de ellos en Morelia, y uno en Maravatío. Es decir, sólo cumplirían con esta parte de la normativa el 0.20 por ciento de los usuarios, señaló el procurador ambiental.

Por ello, lo que queda para la administración estatal es el dialogo con los distintos sectores, para atender el derecho social al aire limpio, explicó.

 

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