La riqueza oculta en Infiernillo

En 2007, por Decreto presidencial, es creada la Reserva de la Biósfera Zicuirán-Infiernillo, no sólo por los servicios ambientales que provee, ya que también preserva un ecosistema vulnerable: la selva seca. Además, es un motor de desarrollo comunitario y social en una región con altos niveles de marginación.

Zicuirán – Infiernillo, una reserva por descubrir

Recién declarada la Reserva de la Biósfera Zicuirán-Infiernillo (RBZI), se tuvo que realizar un arduo trabajo de convencimiento de los ejidatarios –recuerda Carlos Montaño Lagunas, participante en esa primera etapa–, a fin de que se sumaran al proyecto ante fenómenos críticos como la caza ilegal y la tala inmoderada.

Se trataba de que “aprendieran a cuidar los recursos naturales y, a la vez, pudieran allegarse recursos” vía proyectos productivos o de servicios ambientales, apoyados por los gobiernos estatal y federal.

Casi una década después, en la RBZI están en marcha proyectos de investigación académica y los ejidatarios han conformado alrededor de 170 Unidades de Manejo Ambiental (UMA) encargadas de la protección de la flora y fauna.

En la cuenca del Bajo Balsas, a 103 kilómetros al suroeste de la capital michoacana, se extiende una selva caducifolia donde la fauna y la flora son únicas en su especie: la Reserva de la Biósfera Zicuirán-Infiernillo (RBZI), la más grande de América Latina en su tipo.

Formada en la conjunción de dos embalses (Zicuirán e Infiernillo, de ahí su nombre) y surcada por las aguas del Balsas, la RBZI

es escenario de una gran diversidad biológica, gracias a su disposición geográfica y las condiciones que ésta propicia.

Es decir, en ésta reserva la evolución crea y diversifica especias de animales y plantas que no podrían existir en otro lugar del planeta; algo así como ocurrió con las Islas Galápagos, pero

a menor escala.

Es tal su riqueza, que más de la mitad de las especies animales de Michoacán está representada en las 265 mil 117 hectáreas que la componen (Semarnat 2014), integrando los municipios de Arteaga, La Huacana, Churumuco y Tumbiscatío.

 

 Turismo de Aventura

La Reserva Zicuirán-Infiernillo aún es poco conocida entre los viajeros nacionales, pero no entre los extranjeros; por ejemplo, es común que grupos de turistas alemanes acudan para escuchar el trino de las aves que viven ahí.

Además, la RBZI ofrece actividades como paseos en kayak, senderismo, campismo, carreras a campo traviesa, y otras más, sin olvidar la gastronomía (chiles rellenos, asados, vinos dulces, cajetas, etcétera) y la vista de una magnífica conjunción entre la selva baja y los cuerpos de agua.

De acuerdo con Noel Téllez, primer promotor del turismo de aventura en la zona, hay infraestructura turística en

La Huacana –“una docena de hotelitos que ofrecen servicios básicos”, con vías de comunicación en óptimo estado–, donde predominan los viajes en kayak.

También, existen dos paradores turísticos comunitarios en el Paso de la Goleta y la comunidad El Carrizo, situados al margen del Río Balsas, en Arteaga. Y en Ixtapita, en la Presa de Zicuirán, se encuentra un conjunto turístico que ofrece suites, comida marítima y actividades como paseos en lancha, rapel, gotcha, tirolesa y parachute.

En general, explica el promotor, la gente de la zona ha respondido con entusiasmo a los proyectos turísticos, y la seguridad es impecable.

Nuevo impulso

El Gobierno del Estado, a través de la Comisión de Pesca, coordina actualmente dos proyectos de acuacultura en la RBZI, a fin de apoyar los saberes productivos de los habitantes de la región.

El primero, con una inversión inicial de 25 millones de pesos aportados por CONACyT, promueve la engorda de tilapia en jaulas flotantes. Se prevé que comience próximamente una segunda etapa, para lo cual ya se han etiquetado 12 millones de recursos federales, de acuerdo con la comisionada del área, Larisa Méndez Béjar.

El segundo proyecto es un centro de producción de crías de tilapia en Infiernillo, que ejerce 2 millones 300 mil pesos y está dedicado, además de la comercialización, al repoblamiento del embalse.

Diversidad en Fauna

La RBZI es una especie de Edén donde pasean venados Cola Blanca, ocelotes, gallinas silvestres, jabalíes, osos hormigueros, armadillos, mapaches, onzas, zorros, coyotes, nutrias, martuchas, zorrillos y, entre muchos otros, el murciélago amarillo (Rhogeessa mira) que sólo habita en la región de Infiernillo.

Así también, existe gran variedad de reptiles y anfibios que representan el 37% de las que hay en Michoacán, incluyendo la llamada “culebra con manitas”, y 58 especies de peces.

Y, sobre todo, hay aves: 253 especies, 14 de ellas endémicas, como el Tecolote Ojioscuro (Megascops seductus), el Vencejo Cuellicastaño (Streptoprocne rutila), y el Loro Corona Lila (Amazona finschi).

A lo anterior, hay que agregar la vegetación propia de las selvas bajas caducifolias y subcaducifolias y la presencia de bosques de encinos en las zonas montañosas.

 

 

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