Cocineras Tradicionales

Nuestras cocineras tradicionales, nuestro legado vivo. Las cocineras tradicionales michoacanas mantienen viva nuestra cultura gastronómica: ingredientes, recetas y rituales que cada día se repiten, se aprenden y se transmiten en las comunidades purépecha.

Las Cocineras Tradicionales de Michoacán, han ganado fama internacional por haber sido participes del nombramiento de la Cocina Mexicana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.  “La cocina tradicional mexicana, cultura comunitaria, ancestral y viva – El paradigma de Michoacán”.

Fue en Noviembre del 2010, que un grupo de Cocineras Tradicionales de Michoacán, formaron parte de la representación mexicana que asistió a Nairobi, Kenia; donde se realizó el registro de la cocina tradicional para obtener el nombramiento de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO.

En la Ribera del Lago de Pátzcuaro, encontrarás los Hostales Tradicionales en Santa Fe de la Laguna, pero también puedes encontrar cocinas tradicionales en las diferentes comunidades de la Región Lacustre como Tzintzuntzan, Tzurumutáro, Opongio, Erongarícuaro, Tarerio, San Jerónimo Purénchecuaro o las famosas Islas del Lago de Pátzcuaro como Janitzio, Pacanda o Yunuén.

Si deseas adentrarte más en esta ruta gastronómica de la Cocina Tradicional Michoacana, date tiempo para ir más lejos y visita la Meseta Purépecha. En esta parte de la geografía michoacana, visita las comunidades de Angáhuan, Caltzontzin, Nuevo San Juan Parangaricutiro, San Lorenzo o Zacán.

En la Cocina Tradicional Michoacana, podemos observar que continúan imperando las tradiciones, con sabores ancestrales y texturas milenarias. Recetas que han pasado de generación en generación. Platillos con historia, que son preparados por las cocineras tradicionales que han aprendido la preparación de estos platillos ancestrales.

Esta cocina tradicional ha sido preservada, a través de la tradición oral, por las mujeres de las comunidades. En donde las abuelas enseñaron las recetas, que han ido pasando de madres a hijas, siendo parte de la identidad comunitaria, permitiendo fortalecer los vínculos sociales y consolidar la identidad de estas comunidades.

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